Entrevista con Ana María Barbancho, ingeniera de telecomunicación y profesora en la Universidad de Málaga
ABC Andalucía
J.L.
Jaén
08/01/2022
Ana María Barbancho Pérez, profesora titular de Telecomunicación en la Universidad de Málaga, coordina un concurso de ideas que tiene como objetivo premiar proyectos que fomenten la presencia femenina en las carreras tecnológicas. Para incrementarla esta experta propone promocionar la visibilidad de las mujeres ingenieras en las enseñanzas medias.
– ¿Es preciso dar un enfoque femenino a las ingenierías?
– En mi opinión no hay que incluir en ellas la perspectiva de género. Entre otras cosas porque hacerlo supone atribuirle de facto un carácter masculino.
– ¿Las ingenierías son masculinas?
– No hay carreras masculinas y femeninas, pero es posible que el entorno determine las decisiones. En mi casa siempre me apoyaron para que estudiara una ingeniería, pero me consta que hay familias que animan a las mujeres a que cursen carreras más sencillas. De todas maneras, aunque fuera así, no se explica que las mujeres de las nuevas generaciones, nacidas en la era de Internet, no estudien en mayor número Ingeniería Informática, por ejemplo. Hoy lo que mola es ser informático.
– ¿Existe una explicación para el bajo número de alumnas en las titulaciones de ingeniería en Andalucía?
– Cuando estudié ingeniería hace 20 años había más mujeres en las aulas de estas titulaciones que ahora. Nada explica que ahora haya menos alumnas que cuando yo cursé los estudios.
– Con independencia de la causa, el dato real es que las mujeres optan por otras carreras.
– Sin una razón que lo argumente. Es una evidencia que las niñas sacan buenas notas en el instituto en asignaturas de ciencias. En mi caso fui la única que eligió una ingeniería. Casi todas estudiaron Magisterio. Y no por la dificultad de estas titulaciones. La mayoría de mujeres que empiezan ingeniería termina la carrera. Hay muchos más hombres que la abandonan.
– ¿Cómo plantea atraer la atención de las mujeres para que opten por estas carreras?
– Hay que percutir en los institutos. Las niñas necesitan más roles femeninos, que las ingenieras aparezcamos más en la prensa y demos más charlas en los centros de enseñanzas medias. Tener mayor visibilidad. Y, posiblemente, es preciso también que cambiemos la estrategia para acercarnos a ellas. Ponemos énfasis en que es posible compaginar el rol de madre con el rol de ingeniera, pero mis propias alumnas de la Universidad me han aclarado que la maternidad no les interesa. Yo pensaba que era parte del problema porque creía que veían incompatible el desempeño de su trabajo con el resto de la vida familiar.
– ¿Las ingenierías son atractivas?
– No son carreras frías. Tienen un gran componente de humanismo. Gracias a los ingenieros avanza también el mundo. Internet es la prueba: durante la peor fase de la pandemia, la parte emocional se ha apuntalado en las comunicaciones. Es preciso que las mujeres tengan esto en cuenta.
